El triángulo amoroso nos sorprendió porque los pingüinos están entre las especies monógamas: una vez que encuentran a su pareja, permanecen unidos toda la vida. Tanto la hembra como el macho comparten las responsabilidades de la crianza de los hijos, por lo que son ejemplo de un matrimonio perfecto.
Pero este no fue el caso, y es que el pingüino macho llegó al nido y encontró a su esposa con otro. Después de una ardua pelea, el amante se quedó con la pingüina, su morada y los polluelos, mientras el esposo se fue, desolado y triste.
0 comentarios:
Publicar un comentario